El aire fresco favorece el bienestar, el sueño, la concentración y el rendimiento. Por lo tanto, no es de extrañar que le demos tanta importancia a la salud del aire, más y cuando pasamos aproximadamente un 80% de nuestra actividad diaria en interiores. Según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA) los niveles de contaminación en ambientes cerrados pueden llegar a ser de 10 a 100 veces más elevados que las concentraciones exteriores. Si sumamos a este dato instalaciones de ventilación y recirculación de aire, refrigeración y/o calefacción de poca calidad, hacen prever un problema potencial de la calidad del aire dentro de dichos espacios.
Pero… ¿cómo mejorar la salud del aire en espacios interiores? Siguiendo unos sencillos consejos, puedes conseguir unos niveles de limpieza del aire mucho más saludables.
El tabaco, a la calle
Si te resulta imposible abandonar este hábito tan poco saludable, al menos no fumes en espacios interiores. El tabaco ocupa el cuarto lugar entre los factores de riesgo de enfermedad más comunes. La exposición al humo ambiental de tabaco (HAT) es un reconocido factor de riesgo para la salud, tanto en ambientes cerrados como en el interior de los edificios. Está demostrada su nocividad a partir de 2.3 μg nicotina/m³ de aire. Esa concentración se alcanza con suma facilidad en cualquier lugar donde no esté expresamente prohibido fumar.
Ventilar 5 minutos
El constante intercambio de aire evita la humedad, la formación de moho y el deterioro de los materiales de construcción de los edificios. Un sencillo gesto como abrir las ventanas y ventilar con aire fresco tan sólo 5 minutos cada mañana, favorece la renovación del aire interior y mejora por tanto su calidad. Según el citado estudio europeo, tan sólo un 18% de los euroresidentes ventila su casa durante el invierno.
El hacinamiento y la falta de aportación de aire fresco, son factores que favorecen la transmisión de agentes infecciosos. La inadecuada ventilación está fuertemente asociada con efectos adversos para la salud: Síndrome del Edificio Enfermo, infecciones, asma, etc., además de reducir el rendimiento en el trabajo y la capacidad de aprendizaje de los estudiantes en las escuelas. En general, la ventilación debe ser vista como la solución para la mayoría de los problemas de la calidad del ambiente interior.
Instalar sistemas de ventilación mecánica y distribución del aire
Los sistemas de ventilación mecánica favorecen la correcta distribución y renovación del aire en espacios interiores permitiendo recuperar el calor y gestionar la humedad, proporcionando aire fresco, favoreciendo el bienestar y el descanso. Estos sistemas transportan el aire usado y contaminado al exterior a través de diversos canales de ventilación, mientras que suministran aire fresco al interior que se depura a través de una serie de filtros de alta tecnología.
La instalación de sistemas de ventilación mecánica controlada evitaría la pérdida térmica que se produce al ventilar la vivienda abriendo la ventana, por lo que además de depurar el aire y mejorar el confort, fomenta el ahorro energético de la misma.
Elige sistemas de climatización con filtros
A la hora de elegir un aparato de climatización, escoge el que tenga filtros incorporados. Un aparato de aire acondicionado y/o calefacción (bomba de calor) con filtro es capaz de limpiar el aire del hogar de partículas microscópicas de polen y polvo, capturar agentes contaminantes como virus y bacterias e incluso, con algunos modelos, descomponer los olores.Si quieres saber más sobre cómo funcionan los filtros del aire acondicionado te invitamos a leer el artículo: Beneficios de los filtros de aire acondicionado.
Uso de humidificadores y deshumidificadores
El Servicio de Sanidad Ambiental de la Dirección General de Madrid afirma que la humedad es uno de los mejores indicadores de riesgo para patologías asociadas al ambiente interior. Se trata de un parámetro relevante en el desarrollo y multiplicación de los microorganismos, además de potenciar el inicio de procesos químicos y/o de degradación biológica de los materiales, lo que a su vez agrava el problema.
El empleo de aparatos de humidificación y deshumidificación, generalmente portátiles y de tamaño compacto, permite controlar los niveles de humedad adecuados para garantizar un aire saludable.
Cabe mencionar que existen sistemas de ventilación que cuentan con la funcionalidad adicional de regulación de la humedad, por lo que podemos regular los niveles de agua en el aire con una instalación integral y centralizada.