La bomba de calor es un sistema de climatización con el que podemos disfrutar de una temperatura confortable en el hogar, ya que proporcionan tanto calefacción como refrigeración y también pueden usarse para la producción de agua caliente. Si bien, para garantizar un buen rendimiento de los equipos es muy importante realizar una labor de mantenimiento de forma periódica, de esta manera se consigue una mayor eficiencia energética en toda la instalación, menor consumo energético y menor gasto. Pero, ¿En qué consiste el mantenimiento de una bomba de calor? ¿ Es muy complicado? ¿Quién debe hacerlo?
En ocasiones, los usuarios, por desconocimiento, asocian a las bombas de calor un mantenimiento complejo o costoso, nada más lejos. Según explica AFEC, la Asociación de Fabricantes Españoles de Climatización, los sistemas de bombas de calor residenciales requieren un mantenimiento mínimo y sencillo, si bien, es importante realizarlo de forma periódica para que los equipos funcionen a pleno rendimiento.
Además, los circuitos de refrigerante están completamente cerrados para evitar fugas de refrigerante y no existe nunca la necesidad de rellenar un circuito de gas como medida de mantenimiento, por lo que son sistemas seguros y fiables. Un buen mantenimiento reduce el consumo de los motores (ventiladores o bombas) haciendo que estos componentes necesiten menos energía para transportar los fluidos, por lo que repercute en un menor consumo energético.
A continuación veremos cuál es el mantenimiento de los diferentes componentes de bomba de calor:
Unidad interior: Limpieza de filtros
Si los filtros están sucios notaremos que la bomba no calienta tan rápido o con la misma potencia que lo hacía al principio, por lo que debemos de realizar de forma periódica la limpieza de filtros de la unidad interior. Ésta, puede ser realizada por el usuario, ya que normalmente sólo es necesario extraer el filtro y aspirarlo o, bien limpiarlo con agua y esperar a que se seque para volverlo a colocar en la unidad interior de la bomba de calor. Con una o dos veces al año, antes de la temporada de invierno y de verano, por ejemplo, puede ser suficiente para garantizar un mejor rendimiento de los equipos.
Unidad exterior
También, para favorecer el correcto funcionamiento del equipo y prevenir cualquier anomalía durante su uso, es conveniente revisar la unidad exterior y comprobar que está libre de obstáculos (por ejemplo, hojas de árboles o papeles). En las zonas costeras, se recomienda hacer un mantenimiento y limpieza frecuente de la unidad exterior, en este caso realizada por personal especializado, ya que el salitre puede acumularse en algunos de los componentes del aparato, afectando a su rendimiento y acortando su vida útil.
Circuitos hidráulicos
La revisión de los circuitos hidráulicos asociados, por su mayor complejidad técnica, es recomendable que la realice un profesional. Igualmente, en el caso de grandes instalaciones, potencia mayor a 70 kW, el mantenimiento está regulado por el RITE (Reglamento Nacional de las instalaciones térmicas en los edificios), por lo que hay que seguir una serie de obligaciones como que el mantenimiento de este tipo de instalaciones debe de ser realizado por una empresa instaladora, que realice las labores de mantenimiento de acuerdo con las instrucciones del «Manual de Uso y Mantenimiento» y las exigencias de este RITE.